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Del santo Evangelio según san Mateo: 7, 15-20

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En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Cuidado con los falsos profetas. Se acercan a ustedes disfrazados de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conocerán. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los cardos?

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Todo árbol bueno da frutos buenos y el árbol malo da frutos malos. Un árbol bueno no puede producir frutos malos y un árbol malo no puede producir frutos buenos. Todo árbol que no produce frutos buenos es cortado y arrojado al fuego. Así que por sus frutos los conocerán”. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

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Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

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Reflexión 

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Hoy se nos presenta un nuevo contraste evangélico, entre árboles buenos y malos. Las afirmaciones de Jesús al respecto son tan simples que parecen casi simplistas, sin embargo no lo son, como no lo es la vida real de cada día. Ésta nos enseña que hay buenos que caen y acaban dando frutos malos y al revés hay malos que cambian y acaban dando frutos buenos.

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Entonces viene a nuestra mente ¿Qué significa que «todo árbol bueno da frutos buenos (Mt 7,17)»? y entonces producto de nuestra reflexión encontramos que el que es bueno lo es en la medida en que no desfallece obrando el bien. Obra el bien y no se cansa. Obra el bien y no cede ante la tentación de obrar el mal. Obra el bien y persevera hasta la santidad. Obra el bien y si acaso llega a caer en la tentación de obrar el mal, lo reconoce sinceramente, se acerca a la misericordia de Dios, lo confiesa, se arrepiente y vuelve a empezar. Así que la invitación es clara de parte del Señor Jesús DAR FRUTOS BUENOS, ya que por nuestros frutos reconocerán que SOMOS DE CRISTO.

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Pbro. Fermín A. García Ortega

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